jueves, septiembre 29, 2005

Informe de Competitividad Mundial

Jueves 29 de septiembre, 2005

CHILE ES EL PAIS MAS COMPETITIVO DE LA REGION, SEGUN WEF

(AméricaEconomía.com) Finlandia continúa siendo la economía más competitiva del mundo y lidera, por tercer año consecutivo, las calificaciones del Informe de Competitividad Mundial preparado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés).

El país europeo, que destaca por contar con el ambiente de negocios “más innovador del mundo”, un sano entorno macroeconómico, un presupuesto fiscal con superávit y un excelente ambiente institucional; es seguido por Estados Unidos (2), Suecia (3), Dinamarca (4), Taiwán (5) y Singapur (6), respectivamente.

Un selecto grupo del que América Latina continúa excluida, pero que ve en Chile a su competidor más cercano en el lugar 23. Un resultado que ubica al país andino no sólo por encima de sus pares de la región, sino además por sobre naciones como Hong Kong (28), Francia (30), China (49) e India (50), gracias a su competente gestión macroeconómica y a un entorno institucional caracterizado por su transparencia y apertura.

En este sentido, el WEF asegura que las instituciones públicas de Chile se encuentran a la par de las de la Unión Europea en términos de transparencia y eficiencia, pues sólo ocho de los 25 miembros de la UE presentan mejores calificaciones en este ámbito.

“En ninguna otra zona del mundo se observa una economía que supere a todas las demás de un modo tal que parece haber abandonado su entorno geográfico y operar en un nivel completamente distinto”, comentó el economista jefe y director del programa de competitividad mundial del WEF, Augusto López-Claros, al entregar los resultados del estudio.

“La pregunta es: ¿se puede sostener este excelente desempeño y, en ese caso, cuáles son los principales desafíos que Chile tiene por delante?”, planteó López-Claros, quien advirtió la necesidad de que en los próximos años “se mejore la calidad del sistema educativo, se desarrolle una fuerza de trabajo de primer nivel, con destrezas tecnológicas, que maneje cómodamente el idioma inglés y en la cual las mujeres encuentren un rango de oportunidades cada vez mayor para realizar sus contribuciones”.

El Informe de Competitividad Mundial registra a Uruguay como el segundo país latinoamericano en el puesto 54. Le sigue México, que entre 2004 y 2005 descendió 7 lugares hasta la ubicación 55, con un alto nivel de criminalidad, desconfianza por las elecciones presidenciales del 2006 y una situación desfavorable frente al rápido avance de Asia en materias tecnológicas.

Por su parte, Brasil bajó 8 lugares hasta la posición 65 y registró, junto a Argentina abruptas caídas en los indicadores que miden la calidad de sus instituciones públicas, incluyendo factores tales como la independencia judicial y el favoritismo por parte de funcionarios gubernamentales a la hora de diseñar políticas y en las decisiones de compra.

Entretanto, Venezuela, que había alcanzado el puesto 62 en 2001, se ubica ahora en el lugar 89 por causa de la inestabilidad de su entorno macroeconómico, el deterioro en sus instituciones públicas y una caída en sus indicadores tecnológicos.

Por 26 años, el WEF ha producido el Informe de Competitividad Mundial (www.weforum.org/gcr), cuya combinación única de datos duros e información cualitativa le ha permitido capturar con precisión el amplio rango de factores considerados esenciales para una mejor comprensión de las determinantes del crecimiento.

Este año, se consultó a cerca de 11.000 líderes de negocios de 117 economías de todo el mundo y la metodología contempló un cuestionario diseñado para detectar un amplio rango de factores que afectan el entorno de negocios de una economía y que son determinantes clave para el crecimiento económico sostenido

jueves, septiembre 22, 2005

Estados Unidos y la Deuda Latinoamericana

ESTADOS UNIDOS Y LA DEUDA LATINOAMERICANA EN LA DECADA DE 1980

VICTOR HUGO GARCIA VALENZUELA

En la década de 1980 Estados Unidos se preocupó del problema de la deuda en los estados en desarrollo, particularmente Latinoamérica, y en un intento por encauzar soluciones ideó dos planes, denominados Plan Baker (1985) y Plan Brady (1989), respectivamente. El primero propiciaba la entrega de nuevos fondos para sustentar el crecimiento económico y así permitir que los países deudores pudiesen pagar; en el caso de América Latina, se pensaba que el problema era de flujo financiero y no de solvencia, por lo tanto, era necesario implementar reformas de saneamiento económico y apoyo crediticio externo (las reformas fueron pocas o no funcionaron y los recursos financieros muy pocos, especialmente por la carencia de una fuente de financiamiento de la banca privada)(3). El Plan Brady precisó que para sostener sus pagos los estados endeudados necesitaban disminuir su deuda y sus análisis se sustentaba en criterios políticos y de seguridad nacional para Estados Unidos (no sólo en criterios económicos o financieros), especialmente por los problemas que presentaba México y los estallidos sociales en Venezuela del año 1989. Así nacieron los llamados bonos Brady

La estrategia ideada por Nicholas Brady entregaba un papel protagónico al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional, los cuales debían captar los recursos necesarios, financiar los acuerdos de reducción de deuda y supervisar que los estados deudores cumplieran con las reformas de saneamiento y liberalización económica que se les exigiría por el apoyo a los programas de reducción de deuda. El camino diseñado marcó, especialmente, el papel del Fondo Monetario Internacional en la década de 1990.

Origen de la Organización Mundial de Comercio

ORIGEN DE LA ORGANIZACION MUNDIAL DE COMERCIO

VICTOR HUGO GARCIA VALENZUELA

El GATT nació como como un acuerdo, y no como un organismo, mientras entraba en vigencia la Carta de la Habana que creaba la Organización Internacional del Comercio. Dado que la instancia mencionada no prosperó el Gatt debió llenar el vacío, adquiriendo gradualmente las características de un organismo.

Desde la creación del GATT se realizaron ocho "rondas" o negociaciones, desarrollándose la última en Uruguay el año 1986, precisamente la ronda que decidiría el futuro del comercio mundial. Los temas involucrados en la negociación incluyeron, entre otros, agricultura, textiles, subsidios industriales, comercio en materia de servicios, compras gubernamentales, perfeccionamiento de los mecanismos para resolver controversias y el establecimiento de un organismo comercial mundial. Sobre un centenar de naciones del planeta, que representan más del 90% del comercio mundial, se involucraron en la negociación económica más numerosa y trascendente del siglo XX. En el marco del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) se pretendía alcanzar un consenso en materia de comercio mundial, acuerdo que permitiera su reglamentación y una mayor liberalización del mismo.

La tendencia hacia una mayor liberalización del comercio mundial había encontrado un ambiente propicio tras la desintegración del bloque socialista en Europa y la desintegración de la Unión Soviética (1989 y 1991). Precisamente el GATT había surgido en el contexto de la Guerra Fría con la existencia de dos sistemas político-económicos absolutamente contrapuestos y, por ende, la negativa de la URSS para incorporarse en un ordenamiento económico diseñado por el "capitalismo". Sin embargo, tras la caída del muro, el avance hacia una mayor liberalización del comercio mundial encontró serios obstáculos en los intereses contrapuestos de los bloques económicos, en los intereses nacionales y el estallido de la peor recesión en Europa desde la postguerra.

Finalmente, el acuerdo y el exitoso término de las negociaciones, que significaron siete años de conversaciones entre 117 estados involucrados, se produjo el 15 de diciembre de 1993 y con ello, se pensaba, se alejaría la posibilidad de un ordenamiento económico mundial sustentados en bloques antagónicos. "Esta fecha será considerada como un momento definitivo en la historia económica y política moderna. Hoy el mundo eligió la apertura y la cooperación en lugar de la incertidumbre y el conflicto" (Palabras de Peter Sutherland, Director General del GATT, tras concluir con éxito la negociación de la Ronda Uruguay) . Los acuerdos de la Ronda Uruguay se concretaron por medio de los Convenios de Marrakech de abril de 1994 y, en virtud del mismo, el 1 de enero de 1995 finalizaría el funcionamiento del GATT y se iniciaría el funcionamiento de la Organización Mundial de Comercio (O.M.C.), entidad encargada de administrar los mismos y principal foro del comercio mundial, completamente necesario en momentos de globalización del mismo. Al primer semestre del año 2001 la organización contaba con 142 estados miembros.

Como temas inconclusos de la negociación quedaron los servicios financieros, las telecomunicaciones y el transporte marítimo. Finalmente debemos señalar que el GATT nunca pudo asumir el tema de la liberalización del comercio agrícola

Instituciones Económicas Internacionales

INSTITUCIONES ECONOMICAS INTERNACIONALES POST SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

VICTOR HUGO GARCIA VALENZUELA

En el transcurso de la Segunda Guerra Mundial los aliados anglosajones organizaron una Conferencia con la finalidad de instaurar un nuevo ordenamiento económico internacional. La cita se realizó en Bretton Woods en el transcurso del año 1944 y en ella desempeñó un importante rol el destacado economista inglés Meynard Keynes. La idea primordial del encuentro era la busqueda de opciones que evitaran o aminoraran la desastrosa inestabilidad de la economía internacional en la década de 1930, para ello se aplicaría una serie de acciones generales entre las que destacaba la creación de un marco intervencionista mundial que imponía tipos de cambio fijos y se centraba en dos nuevas instituciones, vigentes hoy en día en gloria y majestad con la mundialización del sistema capitalista: el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, hoy Banco Mundial, y el Fondo Monetario Internacional. El último, además de promover la estabilidad cambiaria, tendría por misión promover la cooperación monetaria internacional, ser la base para la implementación de un sistema multilateral de pago y, por sobre todo, sería el encargado de coordinar el esfuerzo mundial en pos del libre comercio, variable determinante en la filosofía del liberalismo económico, pues se consideraba que su aplicación disminuiría fuertemente las pugnas entre los estados y haría más estables las relaciones económicas .

Las dos instituciones ya mencionadas verdaderamente no se transformaron en lo que sus inspiradores tenían pensado y derivaron hacia un perfil de organismos que concedían préstamos y asesoría económica, en especial para los países menos desarrollados Dado que la variable com ercial no pudo ser asumida por el Fondo Monetario Internacional, en 1947 se realizó la Conferencia Internacional sobre Comercio y Empleo de la cual emerge un acuerdo marco para la discusíon y futuras negociaciones respecto del comercio internacional: El Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT), ratificado en 1948.

El sistema institucional que se estaba levantando evidentemente era parte de la lógica capitalista y en gran medida era funcional para Estados Unidos, razones de fondo por las cuales la Unión Soviética no ratificó los acuerdos de Bretton Woods. Y en estricto rigor el sistema paulatinamente obedeció al coloso del Norte, puesto que los países que desearon ayuda se vieron obligados a aceptar las exigencias estadounidenses respecto de la libre convertibilidad monetaria y la libre competencia comercial. Tras la desintegración de la URSS el bloque soviético debió adaptar sus economías y luchar por su aceptación en las instituciones económicas internacionales

martes, septiembre 20, 2005

Acerca del Poder Mundial

Acerca del Poder Mundial


VICTOR HUGO GARCIA VALENZUELA *

Para el ciudadano común las temáticas que van más allá de su entorno inmediato le parecen irrelevantes o fuera de sus preocupaciones prioritarias, siendo la correlación del poder mundial una de las variables en cuestión. El poder “mundial” es una temática que siempre está presente en la historia de los pueblos, desde la época de los egipcios a los romanos, desde la preponderancia española hasta la hegemonía inglesa. Hoy en día nos encontramos con un proceso similar, sólo cambian los actores y el contexto en el cual se desarrolla la variable.

Desde fines de la Primera Guerra Mundial se modificó la supremacía mundial en el ámbito económico, reemplazando Estados Unidos a Gran Bretaña en ese status. El golpe que experimentó la hegemonía británica se completo con el fin de la Segunda Guerra Mundial y ahora pierde su preponderancia en el plano diplomático y militar. Para Estados Unidos se iniciaba la época más esplendorosa de su existencia como estado, tras la proclamación de la independencia en el siglo XVIII y el poder que ostentó en las dos décadas posteriores al segundo conflicto mundial francamente es incomparable en los años de historia que llevamos los occidentales. La supremacía estadounidense se mantiene sin contrapeso, aunque no presenta los mismos niveles cualitativos de poder mundial respecto de los años inmediatamente posteriores a 1945.

Con la Segunda Guerra Mundial emerge también la supremacía de la Unión Soviética, el estado que había levantado el totalitarismo bolchevique tras la revolución que estalló en el Imperio Ruso durante 1917. La diferencia fundamental en el desarrollo de la pugna mundial en los últimos cincuenta años es el carácter sistémico que ella representó, ya que Estados Unidos y la Unión Soviética no sólo compitieron por la hegemonía económica mundial o la preponderancia militar, también se enfrentaban dos visiones radicalmente opuestas respecto de la organización política de los seres humanos, de su organización social y de sus valores religiosos y culturales. El triunfo de una de ellas necesariamente representaba la supremacía de las variables no económicas anteriormente mencionadas.

En estricto rigor, la Unión Soviética nunca representó un desafío terminal para Estados Unidos y el esfuerzo que realizó para lograr equiparar en algo la potencialidad estadounidense finalmente terminó por aniquilarla. La descomposición final se presentó en 1989, con la independencia que van adquiriendo los estados europeos que estaban bajo dominio soviético (la ex Europa Oriental) y se manifestó en plenitud hacia fines de 1991 al desintegrarse la Unión Soviética. Hoy en día el estado ruso es un lamentable remedo del poderío que históricamente había tenido los rusos en el ámbito europeo. El alcance mundial que pueda tener sólo se justifica por su calidad de potencia nuclear y el sitial que ocupa en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

La finalización del siglo XX nos encuentra en un período de notable trascendencia histórica, ya que somos testigos, concientes o inconcientes, de la transformación del esquema de poder que se heredó tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos mantiene la supremacía y será el gran poder mundial en los inicios del siglo XXI; sin embargo, Europa ya recuperó sus niveles de desarrollo y potencialidad previos al segundo conflicto mundial y el proceso de unidad europea actualmente en curso le augura una presencia relevante, complementando con ello el sitial que en el concierto mundial de potencias ya ostentaba Japón, representante clásico del estado que sustenta su proyección mundial en el plano estrictamente económico.

A pesar de lo anterior, lo notable en este contexto de reordenamiento mundial es la posibilidad de una transformación profunda en el eje de poder mundial y China es el estado encargado de afiebrar las mentes de los analistas internacionales en cuanto proyección de su potencialidad. Las bases elementales de su poderío internacional ya se consolidaron y su desafío inmediato es profundizar su potencialidades para lograr el alcance mundial. De ocurrir lo anterior, por primera vez en los dos mil años de historia occidental, era cristiana, un estado oriental se presenta como el desafiante más concreto y agresivo en la pugna por el poder “mundial”

Hacia un Gobierno Mundial

Hacia un Gobierno Mundial

VICTOR HUGO GARCIA VALENZUELA

Desde fines de los ochenta se profundizó la tendencia hacia la globalización o mundialización de ciertas variables que presentaban relevancia internacional y entre ellas resalta el posicionamiento de una especie de “gobierno mundial”, realidades institucionales y organismos de corte internacional que han visto fortalecido su accionar y se han legitimado ante la opinión pública de las distintas naciones o estados que configuran la realidad mundial hacia fines del siglo XX.

Las realidades institucionales y organismos aludidos anteriormente no fueron estructurados o se presentaron hacia fines de los ochenta, sino que ya demostraban existencia desde mediados de siglo. Lo que constituye novedad es la relevancia que han adquirido y su desenvolvimiento en un contexto que favorece la extensión de su influencia hacia márgenes de influencia insospechados diez años atrás. Así, la base primordial está representada por la Organización de Naciones Unidas (ONU), el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio, instancias que, directa o indirectamente, están relacionadas, en su origen y desarrollo, con el accionar internacional de Estados Unidos y es evidente que la victoria estadounidense sobre la Unión Soviética facilitó su difusión y hoy en día constituyen un elemento clave en la proyección de su influencia mundial.

El sustento primordial está representado por las Organización de Naciones Unidas, la que no sólo es el Consejo de Seguridad, su Asamblea General o el Consejo Económico y Social. Su organigrama está conformado por más de una decena de instituciones relacionadas con la salud, la alimentación, la infancia y la justicia (Tribunal Internacional de Justicia), entre otros. En complemento al esquema de la ONU, podemos mencionar el Banco Mundial, cuya finalidad es el aporte financiero para el desarrollo económico-social; el Fondo Monetario Internacional, institución encargada de apoyar financieramente y con asesoría de teoría económica en períodos de crisis; la Organización Mundial de Comercio, ex GATT, que busca reglamentar el accionar del comercio mundial y servir de tribunal en caso de controversia entre dos o más estados.

Esta realidad de nuestros tiempos se desarrolla en forma paralela y en algunos casos por sobre los ámbitos de acción que conforma el estado nacional (estado chileno, estado brasilero, estado alemán, estado japonés), particularismo organizativo de la humanidad que se desarrolla sin contrapeso desde fines del siglo XVIII y que para nosotros, los habitantes planetarios del siglo XXI, es la realidad normal en el mundo. Los referentes obligados en los ámbitos económico, político, social y cultural todavía están conformados por el criterio estatal nacional, pero las expresiones globalizantes avanzan en forma irresistible y entre ellas cumple un rol de ariete la tecnología informática y los medios de comunicación, expresiones que paulatinamente sobrepasan el ámbito de acción del estado nacional: vía Internet podemos interactuar por sobre las fronteras, los pueblos, las naciones y los estados; el correo electrónico posibilita la comunicación casi instantánea con las distintas áreas del planeta y sus consecuencias se dejan sentir cada día con más fuerza. En materia económica, la mundialización del comercio ( cuyas consecuencias estamos sintiendo en estos momentos )y la mundialización de los mercados han potenciado el accionar del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio.

Es secundario, en estos instantes, intentar detener la progresión de la mundialización y, por lo tanto, el desarrollo de una estructura gubernamental mundial, pero sí es relevante plantear sus inconvenientes, sus efectos y sus impactos. Lo anterior adquiere plena validez si enfocamos el análisis en el ámbito de la cultura y en materias que tengan directa influencia con el desarrollo nacional, ya que en esas temáticas siempre tendrá ventaja el más fuerte, el que tenga mayores recursos o quienes controlan el proceso de mundialización y, a modo de ejemplo, es bueno considerar si las formas culturales y valores estadounidenses constituyen un modelo digno de ser imitado por la sociedad chilena.

El signo de nuestros tiempos es la consolidación de un “gobierno mundial” y sus beneficios pueden ser fácilmente defendibles, pero no debemos perder de vista los riegos y las consecuencias que para nuestro desenvolvimiento pueda ello significar, marchemos con la tendencia, pero adaptando sus corrientes de acuerdo al interés nacional.

Izquierda chilena y EEUU post Guerra Fría

PERCEPCIONES DE AMENAZA: LA IZQUIERDA CHILENA Y SU VISION DEL ESTADOS UNIDOS DE POST GUERRA FRIA

VICTOR HUGO GARCIA VALENZUELA

La caída de los regimenes socialistas marxistas de Europa Oriental y la desintegración de la Unión Soviética, junto con transformarse en el fenómeno histórico más impactante de los últimos setenta años, han permitido que Estados Unidos emerga como la única superpotencia y por lo tanto la organización estatal con posibilidades de "proponer" las ideas matrices de lo que será un nuevo ordenamiento mundial 1 . Pero más allá de aquello, para Latinoamérica lo determinante es que la potencia del Norte constituye un poder que no tiene contrapeso en el continente, situación que es anterior al surgimiento del marxismo soviético y por supuesto anterior al estallido de la Guerra Fría. Es por ello que las actitudes que adopten las élites politicas respecto de su influencia es una materia que aparece como "lógica", de plena actualidad y, por supuesto, absolutamente necesaria, exista o no un antagonismo ideológico como el que sirvió de trasfondo al período 1947-1991.

La tarea fundamental de la siguiente presentación es el esbozo de la politica diseñada y aplicada por las colectividades de izquierda chilenas respecto del rol del EE.UU de post guerra fría, tanto en su calidad de superpotencia triunfante en la Guerra Fría, como en su condición de principal protagonista en el nuevo ordenamiento mundial. En este sentido, se pretende estudiar el punto de vista de la élite política de izquierda con su correspondiente discurso respecto del tema propuesto y en subsidio se presentará la posición "oficial" de las colectividades políticas que en el espectro político chileno son catalogadas de izquierda.

Respecto de los objetivos centrales, que guian el desarrollo de la presentación, hemos establecido como relevantes los siguientes: Establecer la vigencia de la "teoría del imperialismo" y su validez en el EE.UU de post guerra fría; Determinar la validez de la llamada "teoría de la dependencia" y su relación con Estados Unidos de Norteamérica; Averiguar si Estados Unidos constituye hoy en día un enemigo político y establecer el grado de peligrosidad en la percepción de amenaza; En fin, Definir los principales temas que preocupan al liderazgo chileno de izquierda respecto de Estados Unidos. En relación al marco cronológico hemos privilegiado en la presentación la primera mitad de la década de los noventa, dada la cercanía con el colapso de la Unión Soviética y la consolidación de la idea concertacionista respecto de la preservación estructural del modelo económico impulsado por el Gobierno Militar.

La izquierda chilena no es homogenea razón por la cual hemos adoptado la conceptualizacion izquierda renovada para referirnos a los sectores que han adoptado modificaciones en su enfoque ideológico y en sus estrategias y el de izquierda tradicional para tipificar al sector que en lo fundamental mantiene los planteamientos ideológicos y las estrategias que tuvieron como referente el socialismo soviético. En el primer sector se encontraba la mayoría del Partido Socialista ( P. S. ) 2 , donde también coexistian sectores que aún no lograban safarse de las concepciones más ortodoxas y el Partido por la Democracia ( P.P.D. ). En el otro sector se encontraba el Partido Comunista ( P.C. ) y sectores de menor figuración política tradicional como el Frente Manuel Rodríguez y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, entre otros 3. No asumiremos en esta ocasión la problemática conceptual implícita en la acepciones realizadas; en todo caso, podemos afirmar que para la izquierda tradicional no se presentaba opción y la izquierda sólo sería una 4.

Si de referentes se trata en cualquier análisis del tipo propuesto, para el caso chileno, se debe necesariamente asumir el otro referente que marcó no sólo la evolución de las corrientes políticas de izquierda sino que todo el sistema político, nos estamos refiriendo al 11 de septiembre de 1973 y la intervención de los militares chilenos en el gobierno. Es en este contexto en el cual las izquierdas chilenas se estaban redefiniendo política y conceptualmente, en un escenario marcado por el fracaso de la experiencia socialista marxista en el plano interno y el derrumbe del núcleo fundador establecido con el surgimiento de la Unión Soviética.

En el esquema propuesto interesa basicamente identificar las actitudes que aparecen como coincidentes en las dos izquierdas y resaltar las que emergen como diferencias fundamentales, colocando aquí el énfasis de nuestra exposición. Con ello creemos estar contribuyendo en un tema que aparece como absolutamente relevante en la nueva realidad política nacional e internacional; más aún, si consideramos que no es utópica la posibilidad que fuerzas integrantes de la ex Unidad Popular, en un futuro cercano, puedan nuevamente acceder al poder por medios democráticos.

En el marco de análisis fijado para las siguientes reflexiones la temática del "imperialismo", como fenómeno histórico, no ha perdido vigencia y hoy es tanto más importante que, por ejemplo, diez años atrás. En este sentido la izquierda tradicional mantiene su preocupación por el tema; en algunos sectores todavía con las añejas teorías de los sesenta 5, pero en otros con un claro afán por actualizar su análisis, desechando aquellos aspectos desbordados por la realidad histórica y asumiendo aquellos que no habían sido visualizados o asumidos plenamente. En esta dirección lo más notable es el tratar de superar la visión exclusivamente económica que del fenómeno se tenía 6, ahora se trataría también de entenderlo como un fenómeno ideológico y cultural. "El imperialismo mantiene sus elementos esenciales, pero hay también factores nuevos. La izquierda debe estudiarlos para no limitar su discurso ni su práctica" 7.

Para el Partido Comunista de Chile ( P.C.CH.), en el período de Guerra Fria el imperialismo estaba ligado, evidentemente, con Estados Unidos de Norteamérica, desconociéndose o no queriendo reconocer la práctica del mismo por parte de la ex Unión Soviética. Todavía en 1991 el P. C. "ve al imperialismo" tras las actuaciones de Gorbachov y Yeltsin en la URSS. Para la izquierda renovada los análisis y el discurso público respecto del mismo virtualmente han desaparecido y sus intervenciones cada vez se acercan más al planteamiento tradicional de sectores vinculados con la centro izquierda o la centro derecha.

Otro esquema teórico muy caro en la izquierda chilena fue la teoría de la dependencia, surgida en la década del sesenta para contraponerse a la teoría del desarrollo, vigente en ese entonces. En la teoría de la dependencia, para ellos una directa consecuencia de la existencia del imperialismo, el subdesarrollo se concibe como una forma de ser y no como un estado transitorio, por ello la transformación socialista resultaba como el único medio eficaz para levantar un ordenamiento social más justo 8. En esta líneas las diferencias entre las dos izquierdas afloran nuevamente y en la izquierda renovada la posibilidad de superar el subdesarrollo se puede lograr perfectamente "dentro" del sistema capitalista. Para la izquierda tradicional, en cambio, la propagación del capitalismo neoliberal, con Estados Unidos como principal impulsor del mismo, estarían profundizando la dependencia y en este sentido se menciona el ejemplo de Europa Oriental como la mejor prueba de ello. No encontramos innovación en una materia de capital importancia hacia el fin del segundo milenio: “La lucha de hoy es contra el capitalismo brutal e inhumano que dejó como herencia la dictadura militar que derrocó al Presidente Heroico, Salvador Allende” 9.

La percepción que de Estados Unidos tiene la izquierda chilena está claramente delimitada por la divisoria que hemos establecido en ella. En la izquierda tradicional su visión es sistémica y se inserta en su lucha contra el capitalismo que sigue siendo el principal enemigo y por lo tanto la lucha contra él se mantiene. Para ellos el nuevo esquema internacional, con Estados Unidos como principal potencia mundial, y principal potencia capitalista, hace aún más peligroso al estado del norte puesto que se le debe combatir en su doble expresión: principal centro mundial del capitalismo y principal potencia hegemónica del planeta. La posición respecto del sistema capitalista es compartida por los sectores más ortodoxos del Partido Socialista y en este sentido Clodomiro Almeyda representaba uno de los exponentes más connotados en esta posición. Para el ex canciller de la Unidad Popular no se trataba de actuar sobre la base del mismo diagnostico existente veinte años atrás, sino que también se debían asumir las experiencias: "también hay cambios en este sentido ya que en el pasado se creía que el capitalismo estaba a punto de naufragar, siempre se estaba esperando una crisis general del sistema, fenómeno que nunca ocurrió ... ello no quita que los socialistas (sic) sigamos pensando que las grandes contradicciones que vive la humanidad, generadas por el capitalismo, no serán resueltas dentro de sus límites" 10.

En cambio, para la izquierda renovada el tema del capitalismo como sistema si bien es relevante ya no es determinante y la adopción del esquema neoliberal, como marco general en el accionar político-social, es la mejor demostración de lo señalado. Los temas que, en relación al protagonismo de Estados Unidos como principal potencia mundial y por lo tanto con influencia determinante en lo regional, estaban marcando la preocupación del sector renovado eran los relativos a las políticas de implementación de la democracia, los puntos de vista respecto de la seguridad regional y las politicas hacia las fuerzas armadas. Preocupaciones que más adelante se complementarían con los desvelos por la integración económica y la oficialización de un tratado de libre comercio.

Tras el análisis realizado de los documentos oficiales e intervenciones de los dirigentes más connotados de la izquierda chilena, se percibe una clara diferenciación en los temas objeto de estudio. La izquierda renovada ya no ve en EE.UU. un enemigo obstaculizador del proyecto político-social que busca implementar; sus aprehensiones son más bien puntuales y en cuestiones de procedimiento. Para la izquierda tradicional, en cambio, EE.UU. se mantiene como la principal amenaza para la implementación de su proyecto, como globalidad, y en esta visión persisten todavía viejos esquemas y procedimientos que en algunos casos se intenta remozar en función de las nuevas realidades históricas 11.

En un contexto nacional e internacional marcado por la mundialización de variables o fenómenos históricos la izquierda chilena se encuentraba dividida en cuanto estrategias de desarrollo o posicionamiento político, y en ellas especialmente los temas relacionados con Estados Unidos, a pesar que en el último tiempo algunos sectores de la misma han intentado acercamientos en la táctica, intentos que finalmente han fracasado, pero que no garantizan su no ocurrencia en caso de producirse la tentación del camino propio o que se produzca la hegemonía del socialismo al interior de la coalición actualmente en el Gobierno. Un mérito innegable del neoliberalismo capitalista, y de la fracasada experiencia del gobierno de la Unidad Popular, es el haber logrado dividir a la izquierda, importantes sectores, en su interior, solamente se plantean la humanización del capitalismo y, por lo tanto, la imposibilidad de levantar un modelo alternativo al esquema existente; mientras que un sector, que por el momento es minoritario, plantea la necesidad de mantener los lineamientos que caracterizaron al izquierdismo hasta principios de los setenta.


# Las ideas centrales del trabajo que se expone forman parte de la presentación que el suscrito realizó en el Congreso de la ACHEN ( Asociación Chilena de Estudios Norteamericanos ) en Octubre de 1994.

1.- No nos haremos cargo, en este trabajo, de la solvencia en que se encuentre Estados Unidos para fijar las nuevas pautas internacionales o si realmente constituye un superpoder con la fuerza suficiente para imponer la unipolaridad.
2.- A nivel internacional, el Socialismo está tratando de redefinir sus estrategias y sus propuestas, tendencia en la que también se encuentra inserto el socialismo chileno. Un rol destacado en este esfuerzo le ancargó la Internacional Socialista al ex Presidente del Gobierno español, Felipe González.
3.- Durante las elecciones presidenciales de 1993, la izquierda extraparlamentaria también estaba representada por el MIDA (Movimiento de Izquierda Democrática Allendista) y el FAI (Fuerza Amplia de Izquierda).
4.- “..., si por renovado significa abandonar la opción revolucionaria; abandonar el concepto de partido que sirva para construir el contrapoder; renunciar a la búsqueda de una forma de organización social diferente, entonces no hablemos de renovación, sino de renuncia”, Hugo Zemelman, Política y Utopía La Iquierda chilena y el marxismo, Punto Final, Nº 210, abril de 1990, pág 12. Entre nosotros, ex-campeones del estatismo, de la expropiación y socialización de todos los medios de producción, que en otros tiempos querían que pasaran al área social todas las industrias, tanto las grandes como las pequeñas, son hoy celosos custodios del capitalismo, guardianes de los intereses de los empresarios, adoradores del mercado, hinchas de la libertad de empresa, paladines de la libre competencia. “Son los “renovados”, tanto más “renovados” cuanto más se corren al centro o a la derecha y más palabras de reconocimiento reciben de los capitalistas. Son los que abandonan la teoría revolucionaria del marxismo, que le asigna a la lucha de los pueblos un valor decisivo en procura de una sociedad mejor, y la reemplazan por la filosofía oportunista del pragmatismo, que se presenta como sinónimo de realismo”. Luis Corvalán. El Derrumbe del poder Soviético , Editorial Los Andes, Santiago, 1993, pp. 146-147.
5.- “El proyecto del MIR y de los revolucionarios en general tiene plena vigencia. Entendemos la revolución chilena como el proceso conducente a la liberación nacional del dominio imperialista...”, Dirección Nacional del Mir, Punto Final, Nº 214, Junio de 1990, pág 13.
6.- Para amplios sectores de la izquierda tradicional, que trata de superar la visión política e ideológica más ortodoxa, el norteamericano James Petras aparece como el intelectual que más recepción y difusión de sus ideas recibe, es por ello que recurriremos en ocasiones al enfoque por él planteado respecto de los temas que hemos definido en el presente análisis. Respecto del imperialismo Petras señala en Punto Final : "En relación al tema, hay dos grandes vacíos en la teoría marxista: primero, se habló del Estado capitalista como si el Estado quedara dentro del marco del Estado-Nación y segundo, se trata al imperialismo como fenómeno simplemente económico". P. F., Nº 219. Para mayores antecedentes véase también del mismo autor: El Renacer de la Izquierda, II Parte, Punto Final, Nº 290, Mayo de 1993, pp. 16-22.
7.- Redactores de Punto Final, Nº 219, 1990.
8.- “La vida indica que América Latina y el Caribe no tienen alternativa de desarrollo, de democracia y de soberanía dentro de la dominación imperialista ya que es precisamente esta dependencia la que nos ha hundido en el atraso...”, Véase el artículo Neoliberalismo: una alternativa, Pluma y Pincel, Nº 152, Octubre, 1992, pág. 7.
9.- Manifiesto de la Fuerza Amplia de Izquierda, 17 de Julio de 1992.
10.- "Socialistas. Almeyda responde a Altamirano". La Epoca. 2 de octubre de 1994.
11.- Luis Corvalán bosqueja, amargamente, lo que puede significar la imposición de un esquema unipolar: “Con el derrumbe del socialismo en la Unión Soviética y Europa oriental se produce un cambio colosal en la correlación de fuerzas internacionales... Deja de xistir una de las dos superpotencias, y la que sobrevive, los Estados Unidos de América, pasa a imponer su diktat casi sin oposición. El papel que jugó en la guerra del Golfo Pérsico y que desempeña en la asistencia alimentaria a Somalia, en ambos casos con el acuerdo de las Naciones Unidas, parece sentar peligrosos precedentes que podrían llevarlo mañana a intervenir en Yugoslavia y otras partes en pos de una absoluta hegemonía planetaria”. Ob. cit., pág. 145.

Latinoamérica: Subdesarrollo y Populismo

LATINOAMERICA: SUBDESARROLO Y POPULISMO

VICTOR HUGO GARCIA VALENZUELA

La historia latinoamericana se desenvuelve básicamente en dos grandes dilemas, marcados por las problemáticas del subdesarrollo-modernidad y la intermitencia del populismo como estrategia sociopolítica. La interrelación entre las dos situaciones es bastante alta dado que la imposibilidad de aplicar soluciones de mediano y largo plazo, más le necesidad de conseguir el apoyo popular, desemboca generalmente en el populismo como estrategia de acción política y alternativa de abordaje de las problemáticas sociales.

Respecto de la primera problemática, al interior de los estados se visualizan sectores minoritarios que intentan seguir el ritmo de desarrollo propio de las economías emergentes (vida urbana, incorporación de tecnología, eficientes niveles de alfabetización, niveles de cultura y standard de vida respetables) y, todo ello, en complemento con un proceso de integración cada vez mayor en la economía mundializada que caracteriza el actual ordenamiento económico internacional; sin embargo, esa minoría se compara con un sector mayoritario, donde los niveles de vida presentan serias deficiencias (formas de vida rural, altísimos porcentajes de analfabetismo, deficientes niveles educacionales y tecnológicos). En la mayoría de los países latinoamericanos la existencia de este sector se encuentra relacionada con la presencia de fuerte población indígena y no blanca. En Brasil aproximadamente el cuarenta por ciento de la población es afroamericana, en Bolivia más del 60% de la población es indígena y la cifra es del 40% en Perú, por mencionar los casos característicos.

La cuasi permanente situación de postración latinoamericana sigue provocando divisiones y polémicas respecto de sus causales. Para unos es la expresión del capitalismo salvaje, sea en su versión liberal o neoliberal; mientras que para otros sería consecuencia de experiencias socializantes carentes de todo realismo económico y que motivadas por objetivos, bien o mal intencionados, lo único que consiguieron fue hundir más a quienes decían defender. Puede que unos y otros tengan razón, pero no se debe desconocer ciertas prácticas que en cualquier sistema provocan daños profundos: la corrupción, el caudillismo, políticas carentes del necesario rigor técnico, burocracias surgidas por clientelismo político y el distanciamiento entre los sectores dirigentes y los estratos más desposeídos. Todo ello, soporte necesario para las experiencias populistas de distinto origen étnico y político, sea Fujimori, Bucaram o Chavez.

Latinoamérica es una región con futuro y de sus habitantes depende que las expectativas que se están forjando se concreten realmente en un mayor bienestar y por ende la superación definitiva del subdesarrollo y su efecto más nocivo, el populismo como estrategia sociopolítica.

Globalización de los Medios de Comunicación

LA GLOBALIZACION DE LOS MEDIOS DE COMUNICACION: SU IMPACTO SOBRE LOS INDIVIDUOS Y LAS SOCIEDADES


VICTOR HUGO GARCIA VALENZUELA

Las ideas desarrolladas en las siguientes líneas representan una continuación de las reflexiones que expusimos en el trabajo La Globalización y el Futuro de la Nación como forma de Organización Humana , centrándonos ahora en la profundización del impacto que la globalización de los medios de comunicación está provocando sobre los individuos y las sociedades:

- Se rompe la impersonalidad de la opinión pública respecto de los problemas internacionales, ya está presente la posibilidad del cara a cara a través del medio: la condena mundial que se pueda generar por un atentado terrorista o el impacto que puede provocar la imagen directa de acciones desarrolladas por el adversario en el caso de conflictos entre países vecinos, variable tan cara para nosotros los latinoamericanos.

- Se introduce la idea de la igualdad o semejanza de los fenómenos ( pobreza, corrupción, terrorismo, delincuencia ) y con ello se rompe la idea de plena singularidad, individualidad o peculiaridad de los mismos y la creencia en el sentimiento de su exclusividad: la pobreza que existe en Chile existe igual, o peor, en Argentina; si existe pobreza en Africa, también se presenta el fenómeno en Asia.

- El protagonismo de la imagen con todo lo que ello significa, variable que, por ejemplo, desempeña roles tan determinantes en cuestiones de imagen pública. La posibilidad de recibir o enviar mensajes adquiere plena validez: una imagen vale más que mil palabras .
- La posibilidad de vulnerar regímenes dictatoriales o autoritarios, a pesar de la censura y, en este sentido, reflexionemos en el impacto que la información como tal provocó en la caída de los regímenes socialistas de la ex Europa Oriental, la notable difusión que se puede lograr con el llamado efecto demostración, tanto en cuanto diferencias en el nivel de desarrollo como en los grados de libertad y tolerancia que presentan las distintas sociedades entre sí.

- Se modifica drásticamente el sentido de las distancias al desarrollarse la capacidad de presenciar directamente fenómenos que están ocurriendo en las antípodas o poder comunicarnos en forma instantánea con individuos que décadas atras parecían demasiado lejanos.

- El valor y el sentido del tiempo adquieren otra dimensión, siendo posible acercarse hacia la instantaneidad, hacia el tiempo presente en la percepción de mensajes o en el intercambio de ideas. Todo ello ello ejerce directa influencia sobre la moderna concepción del ahorrar o ganar tiempo .

Las variables anteriormente expuestas adquieren plena relevancia en materia de competitividad, y en ella la eficiencia y la rápidez reciben un nuevo impulso; las relaciones entre individuos, entre empresas, entre estados o entre naciones inevitablemente se ven afectadas. Además, la construcción de la realidad nacional e internacional avanza cada día en función de la interdependencia de los fenómenos, variable que necesariamente forzara el avance en la dirección descrita.

En este sentido, la globalización de las comunicaciones está vulnerando el marco fijado por la organización nacional y la organización estatal del mundo moderno. Las realidades del mundo de las redes informáticas y de los medio de comunicación ejerce notable influencia en los noventa; ya no sería posible el ideal autárquico, en el más amplio sentido del concepto, o el afán por imponer modelos culturales y sociopolíticos desvinculados del efecto demostración y de las inevitables influencias en tal sentido por parte de otras instancias. Sin embargo, el ideal de la aldea global no es tan simple y su concreción, si es que alguna vez es posible, sólo puede remitirse a determinadas áreas de la intercomunicación entre naciones, estados y culturas. Así, no podemos sino coincidir con el filósofo Jean Boudrillard para quien la interconexión que se está dando en nuestro mundo provocará movimientos, no precisamente suaves, que busquen preservar la singularidad étnica, lingüística o cultural.

1.- Publicado en Revista de Historia, Departamento de Ciencias Históricas y Sociales, Universidad de Concepción, Nº 5, 1997, pp. 253-259.

La Globalización y el Futuro de la Nación

LA GLOBALIZACION Y EL FUTURO DE LA NACION
COMO FORMA DE ORGANIZACION HUMANA




VICTOR HUGO GARCIA VALENZUELA*

Contradictorio, confuso pareciera el mundo que estamos presenciando al final del segundo milenio de Historia Occidental. Por lo mismo, la realidad mundial que tiene como eje al mundo occidental aparece como una fuente inapreciable para quienes reflexionamos y desarrollamos nuestro quehacer en el área de las Humanidades y las Ciencias Sociales: la caída de los Imperios, el resurgir del nacionalismo, los problemas demográficos, la propagación del hambre y la preocupante perspectiva de un medio ambiente cada vez más deteriorado, aparecen, entre muchos otros, como temas de capital importancia.
En esta realidad cambiante la idea capital pareciera ser la globalización de los fenómenos. Ya no sería posible la defensa absoluta de los particularismos que en la realidad organizacional de las sociedades están constituidos por la naciones. En la perspectiva de la globalizacion, tenemos hoy en día:
La globalización de los fenómenos económicos.
La globalización del sistema político.
La defensa de la Ecología como planteamiento general.
La defensa de los Derechos Humanos.
La globalización de las comunicaciones.
La defensa de las diversas minorias
Todos ellos elementos, emergentes como universalismos, que cada vez más atentan contra la identidad nacional. Conocida es la tesis del cientista político norteamericano Francis Fukuyama en el sentido de que estaríamos presenciando la universalización de la democracia liberal de Occidente como la última forma de gobierno humano, conjuntamente con la universalización del capitalismo liberal, como forma de organización económica, la llamada economía social de mercado o neoliberalismo, como se la quiera llamar .
Para el filósofo francés Jean Daniel la globalización es un fenómeno irresistible, tendencia que no discutiremos, sólo pretendemos reflexionar sobre sus efectos, las consecuencias que la misma genera o puede generar sobre la identidad nacional y la Nación en si . En este contexto, la problemática que queremos plantear es el rol, el destino que espera a la Nación como forma de organización humana. Virtualmente desde el siglo XVIII se acepta como principio general que la humanidad esté organizada en naciones y es precisamente esta forma de organización la que sigue ocupando el protagonismo, sea porque las nuevas realidades la están afectando directamente, sea porque renace con inusitada fuerza y se desarrolla vigorosamente en aquellas zonas donde aún no encontraba plena expresión.
Está claro que la Nación como un absoluto, como la única fuente de progreso material y espiritual de los hombres ya no es tal. En este sentido, la globalización de las comunicaciones está rompiendo el marco fijado por la organización nacional. Las realidades del mundo de las redes informáticas y de los medio de comunicación ejerce notable influencia en los noventa; ya no sería posible el ideal autárquico, en el más amplio sentido del concepto, o el afán por imponer modelos culturales y sociopolíticos desvinculados del efecto demostración y de las inevitables influencias en tal sentido por parte de otras instancias. Sin embargo, el ideal de la aldea global no es tan simple y su concreción, si es que alguna vez es posible, sólo puede remitirse a determinadas áreas de la intercomunicación entre naciones y culturas. En este sentido, no podemos sino coincidir con el filósofo Jean Boudrillard para quien la interconección que se está dando en nuestro mundo provocará movimientos, no precisamente suaves, que busquen preservar la singularidad étnica, lingüistica o cultural.
Si la gran tendencia inmediata pareciera ser la globalización, la interconección o la descontrucción , también es claro que hasta el presente no ha surgido una forma alternativa de organización al esquema definido por la Nación, con la identidad implícita en ella, y todos los intentos por superar dicha realidad encuentran inconvenientes que terminan por estancarlos o neutralizarlos definitivamente. El ejemplo más decidor en esta materia, en el ámbito político y territorial, es la serie de obstáculos que se han presentado al proceso de consolidación de la Unión Europea o Europa de Maastricht y la enconada oposición por parte de algunos gobiernos europeos para liberalizar la cultura, en términos de libre intercambio, durante las negociaciones que finiquitaron la llamada Ronda Uruguay del GATT y que dieron por resultado la fundación de la Organización Mundial de Comercio. "Pensábamos que con la caída del fascismo en Italia, del nacionalsocialismo en Alemania y del bolchevismo en los países del Este europeo los problemas nacionales se podrían resolver fácilmente en el ámbito de una libre confederación europea. La realidad ha demostrado ser muy distinta. Rechazamos una cultura socialista en el contenido y nacional en la forma, pero estamos también en contra d una ho,ologación, en acto ya en los países occidentales, en detrimento de las identidades nacionales particulares" .
Para quienes buscan centrar los análisis y las problemáticas fuera del marco estrictamente nacional el determinismo de Fukuyama les incomoda profundamente y si la realidad internacional, antes de 1989, estaba marcada por la Guerra Fría hoy en día nuevas contradicciones mantendrán latente el conflicto y actuarán por sobre la realidad que determina la Nación. Si ya no es la pugna EEUU-URSS, geopolítica o geoestratégica, será la pugna Norte-Sur ( Jean Cristophe Rufin ) , concepción geoeconómica, y si ya no es el enfrentamiento entre Marxismo-Leninismo y Democracia Liberal será el enfrentamiento entre civilizaciones ( Samuel Huntington ) , concepción geocultural.
En el primer caso se estaría dando lo que también el autor ha llamado la "rebelión de los ricos", incorporando igualmente en su análisis el marco nacional. Los países desarrollados, de acuerdo con esta interpretación, ya no están interesados en la cooperación y estarían concibiendo al Sur como una amenaza, que el subdesarrollo del área es motivo para encerrarse y protegerse, lo que implicaría también presentar el análisis a nivel planetario: un Norte próspero y un Sur pobre y bárbaro . En el marco de algunas naciones y estados dicha variable también presentaría influencia, destacando los ejemplos de Italia y Yugoslavia. En el norte italiano, industrializado y plenamente desarrollado últimamente se están planteando insistentemente tesis de corte federalista o derechamente separatista en sus relaciones con el sur, menos desarrollado y predominantemente agrícola; el norte del ex estado Yugoeslavo, formado por las naciones Eslovena y Croata, zonas preferentemente industriales con niveles culturales, como standard de medición general, superiores al resto de las otras nacionalidades y una tradición que les vincula claramente al mundo Occidental, entre otras razones, se cansó de financiar al sur agrícola que presenta un desarrollo menor en las áreas industrial y cultural y que está conformado por Bosnia-Herzegovina, Serbia, Montenegro y Macedonia. Ello, por supuesto, al margen del hecho que el ex estado yugoslavo era un mosaico de nacionalidades y de que Eslovenia y Croacia constituyen naciones por sí solas.
La segunda interpretación postula que los conflictos futuros estarán determinados por las fricciones entre civilizaciones, concretamente la occidental con las no occidentales: musulmana, confuciana, hindú, budista y, en este contexto, occidente debe tratar de mantener sus posiciones, aprender a adaptarse en un mundo en el que el equilibrio de poder estaría pasando a manos de otros . Las fricciones estarán centradas en los modelos de organización cultural, religiosas y sociopolíticas que se deben adoptar. "Tales conflictos civilizacionales son la última fase en la evolución del conflicto en el mundo moderno. Los conflictos que emergieron dentro del sistema internacional moderno con la Paz de Westphalia en 1648 se dieron entre los príncipes, entre las naciones estado y, en este siglo, entre ideologías. Estos conflictos, incluyendo la larga Guerra Fría entre la democracia liberal y el marxismo-leninismo, han sido aptamente descritos como "guerras civiles occidentales" .
Sin embargo, las dos interpretaciones expuestas más bien parecen un intento por explicar la nueva realidad internacional tras el desplome de los regímenes marxistas de Europa Central y la desintegración de la Unión Soviética. Si las tesis propuestas se muestran correctas, ( ellas ) no invalidan el rol de las naciones, rol también necesario en el soporte de las estructuras o macorrealidades propuestas, sean éstas geoeconómicas o geoculturales. La primera argumentación invalida cualquier intento por presentar dichas interpretaciones como realidades que neutralizen o superen la organización nacional.
Consideramos que toda esta macrorrealidad existe de una u otra manera en el mundo de fines del segundo milenio, pero que por sobre todas ellas persistirá la realidad nacional, la Nación como ente organizacional y realidad protagónica del quehacer humano. Y ello no sólo por ser forma de organización, sino que también por ser expresión de elementos tan propios del ser humano desde tiempos inmemoriales como la cultura , las costumbres , el lenguaje, la tradición histórica , experiencias que le son privativas, peculiares y difícilmente repetibles con las mismas características en otros grupos nacionales. Conjuntamente con ello, y a pesar de todo, los hombres seguirán desarrollándose en territorios determinados, base del patriotismo - la nación está muy influenciada por la territorialidad y no sólo por ser una organización territorial sino tambien pr la significancia del mismo para su pervivencia o bienestar - la convivencia del grupo humano seguirá generando tradiciones y experiencias históricas comunes que los diferenciarán de otras agrupaciones y el lenguaje persistirá como irreemplazable fuente de comunicación y expresión de sentimientos colectivos, sin que por ello estemos propiciando el idioma y el lenguaje como elementos determinantes en la teoría nacional.
Con cambios, con transformaciones y adaptaciones, por supuesto, ya que como toda variable histórico - sociológica, la Nación está expuesta a ellos y debe asumir las modificaciones que las realidades locales y mundiales le imponen, tal como por lo demás ha ocurrido en la experiencia tenida hasta hoy. Ahí tenemos los ejemplos de la ex Yugoslavia y la ex Unión Soviética Europea, en donde existían nacionalidades que se consideraban sometidas o que asumían que todavía no habían podido cumplir el rol que según ellas les corresponde, siendo el principal de ellos organizar un Estado nacional independiente, que le permita desarrollarse libremente en el concierto de naciones o el ejemplo de la Europa de Maastricht, cuya principal implicancia es precisamente la virtual neutralizacion de las naciones como entes autónomos y absolutos en materia política, económica y cultural.
En el ámbito económico el estadounidense Alvin Toffler plantea la pérdida de poder para las naciones-estado en favor de las multinacionales o grandes compañías transnacionales. En su concepto, las razones económicas de la existencia de la Nación ven disminuida su importancia por la globalización de la economía de mercado. Argumentación que por cierto no invalida la preservación de las variables o justificaciones históricas y sobre todo culturales de la naciónes. Estas no constituyen meros fragmentos de un mercado mundial globalizado en donde los valores parecieran ser el consumismo desenfrenado, el materialis_-__ el sensualismo.
Como fenómeno con alcances planetarios la problemática de la Nación, y por extensión el nacionalismo, no sólo implica al grupo humano sino que también está indisolublemente ligado con el problema del Estado, el Estado-Nación o Estado Nacional. La identidad nacional principalmente se manifestó y concretizó en un estado, con tales características, y hoy en día pareciera que es la estructura política la que está sufriendo las mayores presiones en el plano de la internacionalización. El grupo humano, la Nación, seguirá siendo la base sobre la cual se pueda mantener, transformar o erigir cualquier tipo de organización superior en la sociedad humana.
La disyuntiva que actualmente puede parecer una variable en abierta contradicción, localismo-mundialismo, nacionalismo-universalismo, encuentra también su fundamentación en los orígenes mismos del fenómeno en cuestión, La concreción y desarrollo del Estado Nacional se presenta con una doble vertiente; por un lado, la tendencia universalista, de corte liberal, sustentada en el Estado de Derecho y la democracia, tendencia que pareciera tener más fuerza hoy en día, pero que no anula el ser nacional, que no nos habilita para hablar de identidades postnacionales; de otro, la tendencia particularista, propia de la individualidad de la Nación, surgente por contraste en su relación con el mundo externo, en su contacto con los otros . para el ya mencionado Jean Daniel, el nacionalismo de fines de siglo XX se explica en gran parte por la reacción de temor y de pérdida de la identidad ante un mundo que avanza hacia la globalización, hacia la unidad, variable que provocaría el lógico sentimiento de refugiarse en la etnia o la nación.
La existencia de una serie de variables universalizantes en esta época de globalización no impide para que la identidad nacional se pueda dar en dicho marco y de acuerdo con sus peculiaridades sociopolíticas y culturales. Lo que sí debe escapar al esquema celular de la Nación es el diagnóstico y neutralización de las variables globales con carácter más negativo, como el hambre, el crecimiento demográfico desmesurado en algunas áreas del planeta y la explotación irracional de los recursos naturales, entre otros.
En el contexto descrito, adquiere especial relevancia la cultura, variable fundamental en la existencia y subsistencia de los grupos nacionales. Es ella la que enfrenta los mayores peligros en la era actual de las globalizaciones, debiendo ser una preocupación primordial de las élites intelectuales de la Nación el que ella persista y se enriquezca, interactúe, pero sin permitir jamás que sea reemplazada por simbolismos huecos, artificiales y alienantes o que degenere en un materialismo sin sentido. No podemos y no debemos desentendernos de nuestra Historia, nuestra cultura, nuestras experiencias comunes, principales tesoros a cautelar. Por el contrario, debemos potenciarlas e impedir que sean transformadas en caricaturas o que se imponga la cultura de mercado, formada básicamente por las teleseries, la música popular, etc. se entronize como la principal preocupación de la sociead y de los medios de comunicación. No nos oponemos al multiculturalismo, pero como entidades históricas, las naciones generan sus propias experiencias, sus ritos característicos, originados al son del hacer y de la convivencia; además, en un esquema de interrelación, de interdependencia o universalización de modelos organizacionales y culturales, la tendencia lógica es el predominio del más fuerte o del que presenta mayor cantidad de recursos materiales y espirituales para imponerse en un plano que es la base del ser mismo.
Lo que el filósofo canadiense Charles Taylor llama el ideal de autenticidad se puede aplicar en nuestro análisis, es decir, la búsqueda y la predominancia de las formas particulares de ser, de las experiencias propias, sean ellas culturales o históricas, sin dejarse llevar por formas modélicas de otros, por muy respetables que ellas sean. Lo anterior no significa desentenderse del marco general, sea éste territorial, cultural, económico o sociopolítico; sólo postulamos la necesaria interrelación que permita enriquecer la identidad nacional y posibilite su difusión al resto del mundo nacional. Es en este contexto en el cual postulamos el desenvolvimiento de la identidad nacional y por lo tanto su persistencia en el siglo XXI.