sábado, mayo 12, 2007

ESTADOS UNIDOS EN LOS INICIOS DE LA POST GUERRA FRIA

Tras la desintegranción de la URSS, EEUU quedó como la única superpotencia mundial y en una posición en la que sólo el "imperio" Británico aparece como el símil más adecuado en relación al poderío ostentado. Sin embargo, EEUU no salió indemne en su pugna con la URSS y los problemas económicos y sociales por los que hoy atraviesa se deben en gran parte al precio que debió pagar para lograr imponerse al coloso soviético. En el ámbito económico resaltan como las principales debilidades los déficit de presupuesto y comercial.

El antecedente inmediato como para lograr comprender la realidad actual de EEUU lo constituye la administración del Presidente Ronald Reagan, quien, en sus dos períodos (1981-1984; 1985-1988 ), marcó la realidad actual de la posición internacional y de la situación económica interna e internacional de la superpotencia del norte. Reagan es quien finalmente logró quebrar la resistencia de la URSS pero también, en el intento, generó un enorme déficit presupuestario y comercial.

En materia de presupuesto Reagan recibe una situación deficitaria, aunque plenamente manejable, de las administraciones Ford y Carter (1973-1980) las que en promedio presentaron un déficit presupuestario de 60.000 millones de U$ al año. En el ámbito comercial la situación es distinta, ya que la balanza comercial presentaba excedentes en 1981. Pero, desde esa fecha en adelante las cuentas deficitarias han sido constantes y su resultado final es la existencia de un EEUU con abultada deuda externa, siendo ella en 1994 de 4,4 billones de dólares, obligándole al pago anual de 200.000 millones de U$, (Chile exportó, el año 1997, productos por un total de 16.000 millones de dólares). Para 1998, Estados Unidos registraba el mayor déficit comercial de su historia (un 53% superior al del año 1997), marcado por la crisis de los mercados asiáticos, de Rusia y Brasil; la característica más relevante del déficit es que por primera vez en trece años cayeron la exportaciones (-0,7%), especialmente las industriales y las agrícolas. El total de las exportaciones estadounidenses en 1998 sumaba la cantidad de 931.300 millones de dólares

Importante incidencia en la explicación del déficit comercial norteamericano lo tenia el intercambio con la región asiática, especialmente con Japón y China, realidad que en el año 1993 arrojaba un superavit de 60.400 millones de dólares para los primeros ( 45,5% del déficit total )[1]. Es este contexto el que finalmente determinó que el electorado priorizara la política interna, especialmente la realidad económica, y determinara la derrota del Presidente Bush en 1992. La elección de Clinton tenía en este sentido un claro mandato, priorizar los asuntos de política interna por sobre los de política internacional y en esta última, privilegiar las variables que permitiesen mejorar la posición económica de EEUU.

Desde los inicios de su gestión gubernativa (1993 ) Bill Clinton orientó sus decisiones hacia la recuperación de la economía, el mejoramiento del sistema de salud y de prestaciones sociales en general. Para lograr la reducción de los déficit y liberar recursos para las políticas sociales aparecía como prioritaria la reducción del presupuesto de defensa, dirección en la que apuntaron las decisiones del mandatario.

Las fuerzas militares también sufren disminuciones pasando de 2.100.00 hombres, como fuerzas activas durante la Guerra Fría, hacia una cantidad de 1.700.000 hombres en febrero de 1994, siendo su distribuición la siguiente: Ejército, 566.318 (33,3%); Marina, 491.092 (28,8%); Fuerza Aérea, 435.681 (25,6%); Infantería de Marina, 175.838 (10,3%). Los planes de Clinton son de llegar a una fuerza activa de 1.400.000 hombres.

El plan de defensa post Guerra Fría consignaba también la disminución en la fabricación de barcos y aviones de guerra. Sin embargo, se buscaba mantener una amplia base industrial militar, protegiéndose la industria de defensa y usando la tecnología de defensa para desarrollar productos comerciales y así poder competir con las industrias extranjeras. En materia de ensayos nucleares, tendientes al perfeccionamiento de armas, Bill Clinton decretó la suspensión de los mismos en julio de 1993, prorrogando la decisión en marzo de 1994 (la moratoria se extendía hasta septiembre de 1995).

Con todo ello, la presidencia de Clinton intentaba ahorrar 88.000 millones de dólares en gastos militares durante los cuatro años de gobierno.

En el programa de ayuda exterior se reorientaron y se disminuyeron los recursos asignados, pasando de 27.700 millones de dólares en 1993 a 13.400 en 1994. El fin de la Guerra Fría, la desaparición de la URSS y la necesaria reducción de los gastos influyeron en los recortes presupuestarios.

Evidentemente, EEUU no buscaba perjudicar su posición de principal potencia mundial y los planes de defensa así lo establecen. En agosto de 1993 explotaba el cohete Titán que transportaba tres satélites espías de control marítimo los que serían utilizados por la Marina para rastrear los buques extranjeros y escuchar sus comunicaciones. En materia de armamentos el Presidente Clinton mantuvo el desarrollo de la construcción del caza furtivo F-22, del bombardero B-2 (para transportar misiles y bombas inteligentes de gran precisión), del supertransporte C-17 (necesario para el traslado masivo de tropas a cualquier parte del mundo), del avión V-22 "Osprey" (despega como un helicóptero y vuela como un avión normal), para transportar infantes de marina, la construcción de un tercer submarino atómico de ataque (Seawolf) y el financiamiento que permitiera perfeccionar el sistema de rayos láser que consignaba el programa de Guerra de las Galaxias.

Lo anterior significaba gastos y a modo de ejemplos podemos señalar que el programa original pretendìa la construcción de 648 F-22 (para reemplazar a los F-15), con un costo total de 75.000 millones de U$, y la construcción de 120 C-17, con valor total de 39.000 millones de dólares. Al resultar electo Clinton había señalado en diciembre de 1992: "Hemos ganado la Guerra Fría. Ahora tenemos la oportunidad de construir una nueva paz.... el peor error que cualquier adversario pueda cometer sería dudar de la firmeza de Estados Unidos durante esta transición".



[1].- En el año 1998 el déficit comercial con Japón creció en un 14%, marcando 54.100 millones de dólares, record absoluto en la historia comercial de los dos estados. En su relación comercial con China, el déficit es mayor y para 1998 se situó en los 56.900 millones de dólares ( sólo entre China y Japón la cantidad de dólares como déficit comercial suma la impresionante cantidad de 111.000 millones, es decir, el 65,8% del total ). Para el total de la región asiática, el déficit sumó 160.400 millones de dolares, es decir, el 95% del déficit total y un crecimiento del 33% en relación con el año 1997.

viernes, mayo 11, 2007

LIMITE MARITIMO ENTRE PERU Y ECUADOR

PRETENSION TERRESTRE PERUANA

PRETENSION MARITIMA PERUANA

LIMITE MARITIMO CON PERU, INCLUYENDO FARO DE UBICACION

LA CONFIGURACION DE LAS FRONTERAS ESTATALES EUROPEAS EN 1945 Y EL TRIUNFO DE LAS ASPIRACIONES SOVIETICAS

VÍCTOR HUGO GARCÍA VALENZUELA

Los acuerdos territoriales relacionados con el transcurso y el fin de la Segunda Guerra Mundial marcan el cenit de la Unión Soviética en sus ambiciones estratégicas y los acuerdos e imposiciones unilaterales finalmente consagraron su triunfo en el reordenamiento de la geografía política de la ahora llamada Europa Oriental[1].

En la Conferencia de Arcadia (Diciembre 1942), la URSS plantea sus objetivos de guerra, influenciada por la nueva situación militar en el frente oriental tras la batalla de Stalingrado (en noviembre de 1942 los alemanes fracasan en la captura de Stalingrado, siendo derrotado su ejército): Influencia en los Estados Bálticos, influencia en Besarabia, frontera con Polonia por la línea Curzon. Un año más tarde, para la Conferencia de Teherán (Noviembre 1943), los problemas territoriales ya emergen como prioritarios en el accionar soviético y la URSS expone sus reivindicaciones (anexión de los países bálticos, correr Polonia hacia el Oeste).

La reunión en Crimea, Conferencia de Yalta, fijará las pautas del nuevo ordenamiento territorial del mundo europeo de la posguerra, ordenamiento que invariablemente se mantuvo hasta 1989. En relación con Europa, los asuntos relevantes de la Conferencia dicen relación con el status de la llamada Europa Oriental y la situación de Alemania. En el ámbito militar, los soviéticos ya ocupaban toda Polonia y los anglosajones se encontraban en el Rin. Los objetivos de los últimos hacia la URSS buscan contener "amistosamente" al bolchevismo, siendo ya Stalin más confiable para ellos.

La Unión Soviética retendría la franja polaca que había obtenido en 1939 y es rechazada la compensación, solicitada por Stalin, en el territorio oriental alemán comprendido al este de la línea que seguían los ríos Oder-Neisse. Sin embargo, la Conferencia acordó dejar la zona bajo administración polaca y aceptaba el traslado de la población alemana desde Polonia, hasta la firma del tratado de paz con Alemania, ocasión en que se discutiría la "compensación" que Polonia recibiría en territorio alemán.

La consolidación territorial de la estrategia soviética se confirma en la Conferencia de Potsdam, legitimando su expansión al occidente, en detrimento de sus futuros “satélites”. Checoslovaquia debió ceder Rutenia quedando la URSS fronteriza con Checoslovaquia y Hungría. Esta última conservaría las fronteras establecidas por el Tratado de Trianón y Rumania debe ceder al estado soviético los territorios de Besarabia y Bucovina septentrional; en fin, Bulgaria recibe la Dobrudja meridional, cedida por Rumania. En sus memorias Churchill señala que Stalin, en una comida sostenida el 18 de julio, en plena Conferencia, "... manifestó que en todos los países liberados por el Ejército Rojo la política de Rusia consistía en procurar que se formara un Estado fuerte, independiente y soberano. Estaba en contra de la sovietización de ninguno de esos países. Harían elecciones libres y todos los partidos, menos los fascistas, participarían en ellas".

La ocupación soviética del sector de la Rusia Blanca que Polonia controlaba desde fines de la Primera Guerra Mundial generó la problemática de las compensaciones territoriales para el estado polaco, ya que la URSS había ocupado la zona germana al este de la línea determinada por los ríos Oder-Neisse y el sector ahora estaba administrado por el gobierno polaco pro soviético. Precisamente, "la cuestión polaca" se estaba transformando en el principal motivo del enfriamiento en las relaciones interaliadas, siendo las causales básicas la garantía de elecciones libres y la pretensión soviética de anexar al estado polaco los territorios antes mencionados, para compensar la corrida de frontera que ellos habían realizado en la Polonia oriental. Recordemos que por Polonia Gran Bretaña y Francia habían entrado en guerra con Alemania.

Respecto de la problemática territorial alemana, en la Conferencia de Arcadia se plantea, y en principio se acepta, la idea de compensación para el estado polaco con territorios alemanes orientales: Prusia Oriental, Pomerania y Silesia; además, se acuerda el principio del desmembramiento alemán. Por los acuerdos de Yalta, Alemania, que debía rendirse incondicionalmente, sería dividida en zonas de ocupación entre Gran Bretaña, Estados Unidos y la URSS; si Francia se incorporaba posteriormente al acuerdo, se le asignaría una zona del sector británico-norteamericano. Con posterioridad sería fragmentada en varios estados.

Por la Conferencia de Potsdam se plantea la disolución territorial y la disolución de la unidad administrativa del territorio prusiano. En el plano territorial lo primero es la desintegración de Prusia, "bastión del espíritu reaccionario, del nacionalismo y del militarismo germano"; el sector norte, con Königsberg, sería para la URSS (actual Kaliningrado) y el resto, anexado al estado polaco. Se estudiaría el destino jurídico final para Silesia, Renania, Sarre, Hannover y Schleswig-Holstein. Con ello se pretende destruir la base material, la gran propiedad rural, de los junker y la nobleza militar, verdaderos pilares del prusianismo conservador.

No se establece un gobierno central para Alemania, creándose solamente un "Comisión Aliada de Control para Alemania" , integrada por los cuatro comandantes en jefe de las potencias vencedoras más sus respectivos asesores políticos y debían crearse, bajo su tuición, organismos administrativos centrales para finanzas, transportes, tráfico y aduanas. Los mencionados organismos no se llegaron a implementar y la unidad de administración aliada tampoco se consiguió, básicamente por las posiciones sustentadas por la URSS y Francia. La Unión Soviética prioriza la seguridad militar y busca la imposición de reparaciones de guerra, mientras que Francia impugna los acuerdos de Potsdam. En adelante la situación alemana se transformó en el principal motivo de tensión europea entre la URSS y los liados anglosajones.



[1].- En el transcurso del año 1944 cambia radicalmente el desarrollo militar de la guerra al iniciarse el avance soviético en la zona de los Balcanes (abril), con la apertura del segundo frente (junio) y el avance soviético sobre Polonia (julio). En este contexto se produce una negociación secreta entre Churchill y Stalin, propuesta por el primero en Moscú (octubre) y en virtud del cual se negocia un reparto de zonas de influencia en Europa Central y Europa Balcánica, de relevante importancia para comprender la situación de las áreas mencionadas en la época de posguerra. El acuerdo consideraba el siguiente reparto de áreas de influencia: Rumania, 90% URSS; Bulgaria, 75% URSS; Grecia, 90% Gran Bretaña (de acuerdo con Estados Unidos); Yugoslavia y Hungría, partes iguales. Este acuerdo se debe complementar con la idea de dividir Alemania y Austria, más las situaciones de hecho en Polonia y Checoslovaquia (ocupación soviética).

domingo, mayo 06, 2007

Francia a las urnas

¿Hay espacio para sorpresas?

  • Hoy, en segunda vuelta, los electores galos eligen entre la socialista Segolèné Royale y el conservador Nicolas Sarkozy, quien supera a su contendora por 2 puntos en la encuestas sobre intención de voto.


Fabián Polanco


Un inusitado interés ha despertado en Chile el proceso electoral que concluirá hoy en Francia con la elección del o la sucesora del presidente Jacques Chirac. Y es que, como ocurrió hace poco más de un año en nuestro país, por primera vez una mujer -socialista al igual que Michelle Bachelet- tiene reales posibilidades de tomar las riendas de la sociedad gala.

Pero la atención a los comicios franceses también ha tenido una cobertura destacada en los medios internacionales, especialmente europeos, ya que se atribuye a quien obtenga hoy la primera magistratura - Ségolène Royale o Nicolas Sarkozy- la trascendental responsabilidad de apoyar a la canciller alemana, Angela Merkel, en el relanzamiento de la atribulada Unión Europea (UE).

“Las elecciones de este año son importantes por darse en el contexto de la Unión Europea hoy, que está en crisis, en un período de impasse, tras el rechazo a la Constitución del bloque, tanto en Francia como Holanda, y Merkel, que preside la UE este semestre, sabe que para superar la situación necesita a Francia”, explica la directora del Programa de Estudios Europeos y docente del Departamento de Derecho Público de la Universidad de Concepción, Paulina Astroza.
Son los temas domésticos en el ámbito de la economía, la inmigración y la delincuencia, y en menor grado el relacionado con el eventual ingreso de Turquía a la UE, los que concentran el interés de los franceses.

El voto y por ende la Presidencia dependerán, por lo tanto, de quién dé mayor confianza a los electores en el manejo de ambas materias.

Además de los problemas que enfrentará el nuevo jefe o jefa de Estado y el protagonismo de Royale, los comicios se han visto marcados por lo que la profesora Astroza llama el recambio generacional, que en apariencia vienen a significar la representante socialista, de 53 años, y el centrista Sarkozy, de 52. “Habrá que ver si en la práctica el nuevo mandatario se distancia de lo que han sido los típicos políticos franceses”, subraya la académica.

Es nuevo también el hecho de que, en el caso sobretodo de Royale, se trate de una candidata no típica del Partido Socialista, sin la formación y sin ser el prototipo de la política tradicional. En el lado conservador, la derecha se inclinó por un candidato que como ministro del Interior se enfrentó a Chirac y, tras vencer una pugna en el seno de la colectividad, terminó por imponer su visión.

Unión ¿euro-asiática?,

Con Turquía como parte de la Unión Europea, según Sarkozy, el bloque perdería su esencia y pasaría a ser más bien una Unión Euro-asiática

Con el argumento de que ese país se localiza en Asia Menor, el candidato conservador a Presidente de Francia se opone categóricamente a su ingreso a la UE.
“Al mismo tiempo de restar importancia a que apenas una parte de Estambul se ubique en Europa, Sarkozy dice que aceptar a Turquía implica importar problemas turcos a la UE. La ampliación con Turquía, sostiene él, equivale a cambiar las fronteras de la Unión, pues entonces tendrían que compartirlas con Siria e Irak”, precisa Paulina Astroza, al agregar que en el caso de la Constitución, Sarkozy está por -derechamenteredactar un nuevo documento.
A pesar de ser bastante pro-americano, con una visión capitalista y partidario de una Europa cercana al modelo norteamericano, según explica la experta en relaciones internacionales, Sarkozy discrepa en este punto con Estados Unidos. Washington está porque los turcos, miembros de la Organización del Tratado para el Atlántico Norte (OTAN), pertenezcan a la Unión Europea.
Royale, por el contrario, no se cierra a la posibilidad de aceptar a Turquía. Aunque no estima que sea apropiado hacerlo ya, opina que se pueden analizar los plazos para su ingreso, lo que en la práctica se traduce en dejar la puerta abierta a Ankara

Discrepa de su contendor en cuanto a la crisis de la Unión y la forma de salir de ella. A diferencia de Sarkozy, la buenamoza candidata socialista cree en que es posible relanzar la UE, aunque condicionando el proceso a un diálogo social. En ese sentido, la socialista propone simplemente reforzar la Carta Magna con un protocolo social, poniendo énfasis en el empleo, el salario, el medioambiente y la investigación

El último gran esfuerzo de Royale y Sarkozy por obtener el apoyo de sus conciudadanos fue en el debate del miércoles, seguido por 20 millones de televidentes. Esa audiencia sólo había sido registrada durante los mejores partidos de la Copa Mundial de 1998. Se trató de otra prueba más de la mayor participación ciudadana en estos comicios, en comparación con la alta abstención en el proceso 2002

“El electorado se movilizó para evitar lo ocurrido hace cinco años, porque no se quería repetir la disyuntiva de tener que elegir entre la derecha y la ultraderecha. Por eso mucha gente que se inscribió lo hizo no para ir a votar por (el nacionalista Jean- Marie) Le Pen, sino más bien para impedir el avance de la ultraderecha”, explica Astroza

Hasta ayer, los sondeos seguían dando como ganador en la votación de hoy a Sarkozy, aunque por apenas 2 puntos de diferencia. La académica de la UdeC duda de que las previsiones cambien, aunque no descartan una sorpresa. De no ocurrir esto último, el líder de la conservadora Unión por un Movimiento Popular llegaría al Elíseo.

Semejanzas con Chile

Víctor Hugo García*, profesor de Historia y analista político, coincide con Astroza en las altas posibilidades que tiene Sarkozy para llegar al Elíseo. Incluso se atreve a señalar que el margen de la victoria no será tan estrecho como lo indican los sondeos.

“No creo que desde los sectores de centro-derecha y centristas, que en algún momento se pudieron sentir atraídos por el liderazgo de izquierda, vaya a haber una migración tan fuerte.
Siempre, de una u otra manera, ha sido clave para donde vaya el Frente Nacional (de Le Pen).

Yo creo que ellos esta vez van a apoyar a Sarkozy”, comentó el académico.
García no ve un espacio para que hoy se produzca una sorpresa y argumenta su opinión en la característica que el sistema político galo tiene con el chileno, en cuanto al alto grado de consenso sobre la administración del Estado, sólo con algunos matices entre los distintos partidos. El electorado francés, dice el analista de la UdeC, se va a inclinar por quien dé liderazgo y conducción, “y en eso Sarkozy ha sido muy hábil”.

Esa similitud es sólo una de las que tienen la política chilena y francesa, según el profesor García. “Para nosotros las elecciones galas han sido siempre llamativas porque sistemáticamente se han cruzado con la realidad política en Chile. En su momento Fraçois Miterrand aludió al ejemplo de lo que significó el triunfo de la Unidad Popular y Salvador Allende para legitimar su candidatura y discurso político”, puntualiza el analista.

En esta oportunidad ocurre lo mismo con Royale, señala García, que de alguna u otra manera ha hecho alusión a la experiencia de Michelle Bachelet, a quien la representante socialista apoyó durante su visita al país en enero de 2006 antes del balotaje con Sebastián Piñera.

Reconoce el académico, sin embargo, el distanciamiento de Royale, especialmente después de la crisis del Transantiago y de las críticas de la prensa internacional a la presidenta Bachelet, a quien han calificado como una mandataria sin liderazgo y sin la preparación para dirigir un país.

Por último, García ve un interés de parte de la UDI y RN en el proceso galo, especialmente en lo que se refiere a la irrupción del candidato conservador. “Los grupos de derecha en Chile ven también con mucha simpatía lo que está significando en la postulación de Sarkozy su acercamiento a los sectores bajos y medio-bajo, que es algo que le falta a la oposición para tener una proyección real al gobierno”, sostiene.

(*Jefe de Carrera, Licenciatura en Historia, Universidad de Concepción).

Diario “El Sur”, Concepción, Chile.

6 de Mayo de 2007