sábado, diciembre 26, 2015

El deterioro de la gestión gubernativa chilena en el transcurso de 2015, Entrevista para Diario El Sur de Concepción

1.- ¿Cuál es el costo político para Michelle Bachelet y el Gobierno el anuncio de jerarquizar las promesas? En primer lugar, dejar establecido que los programas de gobiernos sirven de marco referencial para el accionar de un gobierno y de un gobernante y como tales están insertos en el contexto político-económico y socio-cultural en el cual deben actuar sus impulsores. Ello nos lleva al tema de la seriedad y realismo con el cual se deben elaborar las propuestas que se ofrecen al país, visualizan su posible implementación en cuanto envergadura del esfuerzo necesario para lograrlas y el financiamiento correspondiente; cada vez es mayor la cantidad de ciudadanos y ciudadanas que se preocupa del tema, estudia las propuestas y estará dispuesto a cobrar su cumplimiento. El problema del gobierno de Michelle Bachelet es el nivel de expectativas que generó con sus promesas, la envergadura de las transformaciones propuestas para una gestión presidencial de sólo cuatro años, y la heterogeneidad de la coalición política que le apoya, diversidad que necesariamente debía manifestarse en el momento de reformas profundas como las que se intentaron en el primer año de gobierno. En este contexto, era evidente que el gobierno debía pagar un costo político por la imposibilidad de cumplir con las promesas realizadas, agravado el tema por el descontento que generó el paquete de reformas ya realizadas. La coalición necesariamente se tensionó y en un sistema presidencial como el nuestro se espera que la presidencia defina, ordene establezca rumbos y la presidenta no está en condiciones para cumplir con esos requerimientos. 2.-Considerando gastos actuales del Estado y también ganancias de ciertos sectores, ¿Es creíble para la sociedad el discurso de "no tenemos plata para financiar" este u otro proyecto? En el actual modelo de gestión pública y dado el contexto de constante evaluación al que son sometidos los estados por parte de organismos internacionales, inversionistas, calificadoras de riesgo y los propios ciudadanos es necesario actuar con disciplina en materia económica y muy especialmente en materia de presupuesto y endeudamiento público. El actual presupuesto está con déficit, el gobierno ya colocó deuda por 9000 millones de dólares y no sólo se explica ello por la coyuntura internacional, se cometieron errores en la planificación presupuestaria, se calculó mal el costo económico de las reformas (tributarias y educacionales) y en estos momentos estamos sintiendo sus efectos. Es cierto que se podría utilizar los recursos del tesoro público que el país tiene ahorrado, pero ello sería pan para hoy y hambre para mañana, esos recursos están para proteger al país de crisis internacionales y no para solucionar problemas derivados de un mal diagnóstico. 3.- ¿Éste hecho facilitará que la Oposición se adelante en la carrera por volver a ser Gobierno?¿O que aparezcan otros líderes fuera de los bloques? La coyuntura sólo entrega oxígeno para que la oposición termine por recuperarse de la derrota experimentada el 2013 y para que otros liderazgos intenten posicionarse, el tema es que los tiempos no son normales y los escándalos de corrupción en el financiamiento político están golpeando transversalmente al liderazgo político nacional. La oposición logrará capitalizar el mal momento de la presidenta y el gobierno cuando logre levantar un proyecto político-social, cuando sea capaz de presentar a los ciudadanos un proyecto de gobierno creíble y eso por el momento no se visualiza 4.- ¿Cuánto influye la actual y antigua configuración del Gabinete en la decisión de la Presidenta? Chile tiene un sistema presidencial que desequilibra las relaciones con los otros poderes del Estado y Michelle Bachelet estaba acostumbrada a un liderazgo que no permitía cuestionamientos, que parecía inmune a los propios errores y ello derivó en una especie de autoritarismo en sus relaciones con los partidos políticos y sus ministros. La configuración del gabinete no tendrá mayores efectos si la conducción del Estado (Presidencia) no define claramente un rumbo y empodera a los secretarios de Estado para concretarlo; por cierto que cambió la mano en materia de figuras ministeriales, pero los actuales ministros fueron convocados para ordenar la gestión de gobierno, racionalizar el tema de las reformas y cuidar las bases del desenvolvimiento económico, seguir intentando equilibrar discursos y posiciones políticas entre los extremos de la coalición gobernante no dará réditos y el agravamiento de ciertos índices económicos nos indican que la desconfianza ya es la tónica respecto del actual gobierno. 5.-Considerando el nuevo discurso de Gobierno ¿Cuáles son los frentes que se debieran priorizar? En la práctica quedan dos años de gobierno y se debiera informar al país cuáles son las priorizaciones para los dos años siguientes, pero creo que uno de los temas centrales dice relación con la economía; no significa que el país detenga su nivel de reformas, lo que se pide es que se avance racionalmente, se logren consensos y se mida cuidadosamente el nivel de impacto. La ciudadanía ya tiene una cierta cultura económica y sabe que cuando se mueven mal ciertas piezas necesariamente afloran efectos indeseados: déficit público, endeudamiento público, desempleo, caída de la inversión, caída del consumo, entre otros. En síntesis, el gobierno (la Presidenta) debe decidir qué es lo que quiere realizar en los dos años siguientes, cuáles son las medidas que adoptará para recuperar la confianza de los agentes económicos y qué señales se enviarán en materia de corrupción. Para ser justos, el mensaje también es para la clase política y particularmente los parlamentarios, la ciudadanía está esperando decisiones en esta materia y en esta oportunidad no será fácil esperar que el tiempo diluya o genere olvidos por lo ocurrido.

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