martes, septiembre 20, 2005

Acerca del Poder Mundial

Acerca del Poder Mundial


VICTOR HUGO GARCIA VALENZUELA *

Para el ciudadano común las temáticas que van más allá de su entorno inmediato le parecen irrelevantes o fuera de sus preocupaciones prioritarias, siendo la correlación del poder mundial una de las variables en cuestión. El poder “mundial” es una temática que siempre está presente en la historia de los pueblos, desde la época de los egipcios a los romanos, desde la preponderancia española hasta la hegemonía inglesa. Hoy en día nos encontramos con un proceso similar, sólo cambian los actores y el contexto en el cual se desarrolla la variable.

Desde fines de la Primera Guerra Mundial se modificó la supremacía mundial en el ámbito económico, reemplazando Estados Unidos a Gran Bretaña en ese status. El golpe que experimentó la hegemonía británica se completo con el fin de la Segunda Guerra Mundial y ahora pierde su preponderancia en el plano diplomático y militar. Para Estados Unidos se iniciaba la época más esplendorosa de su existencia como estado, tras la proclamación de la independencia en el siglo XVIII y el poder que ostentó en las dos décadas posteriores al segundo conflicto mundial francamente es incomparable en los años de historia que llevamos los occidentales. La supremacía estadounidense se mantiene sin contrapeso, aunque no presenta los mismos niveles cualitativos de poder mundial respecto de los años inmediatamente posteriores a 1945.

Con la Segunda Guerra Mundial emerge también la supremacía de la Unión Soviética, el estado que había levantado el totalitarismo bolchevique tras la revolución que estalló en el Imperio Ruso durante 1917. La diferencia fundamental en el desarrollo de la pugna mundial en los últimos cincuenta años es el carácter sistémico que ella representó, ya que Estados Unidos y la Unión Soviética no sólo compitieron por la hegemonía económica mundial o la preponderancia militar, también se enfrentaban dos visiones radicalmente opuestas respecto de la organización política de los seres humanos, de su organización social y de sus valores religiosos y culturales. El triunfo de una de ellas necesariamente representaba la supremacía de las variables no económicas anteriormente mencionadas.

En estricto rigor, la Unión Soviética nunca representó un desafío terminal para Estados Unidos y el esfuerzo que realizó para lograr equiparar en algo la potencialidad estadounidense finalmente terminó por aniquilarla. La descomposición final se presentó en 1989, con la independencia que van adquiriendo los estados europeos que estaban bajo dominio soviético (la ex Europa Oriental) y se manifestó en plenitud hacia fines de 1991 al desintegrarse la Unión Soviética. Hoy en día el estado ruso es un lamentable remedo del poderío que históricamente había tenido los rusos en el ámbito europeo. El alcance mundial que pueda tener sólo se justifica por su calidad de potencia nuclear y el sitial que ocupa en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

La finalización del siglo XX nos encuentra en un período de notable trascendencia histórica, ya que somos testigos, concientes o inconcientes, de la transformación del esquema de poder que se heredó tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos mantiene la supremacía y será el gran poder mundial en los inicios del siglo XXI; sin embargo, Europa ya recuperó sus niveles de desarrollo y potencialidad previos al segundo conflicto mundial y el proceso de unidad europea actualmente en curso le augura una presencia relevante, complementando con ello el sitial que en el concierto mundial de potencias ya ostentaba Japón, representante clásico del estado que sustenta su proyección mundial en el plano estrictamente económico.

A pesar de lo anterior, lo notable en este contexto de reordenamiento mundial es la posibilidad de una transformación profunda en el eje de poder mundial y China es el estado encargado de afiebrar las mentes de los analistas internacionales en cuanto proyección de su potencialidad. Las bases elementales de su poderío internacional ya se consolidaron y su desafío inmediato es profundizar su potencialidades para lograr el alcance mundial. De ocurrir lo anterior, por primera vez en los dos mil años de historia occidental, era cristiana, un estado oriental se presenta como el desafiante más concreto y agresivo en la pugna por el poder “mundial”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Profe, le felicito esta iniciativa para poder discutir y conversar sobre temas tan apasionantes como los que tiene que ver con la contingencia internacional.
Despues del saludo entremos en materia.
Creo que señalar tan apresuradamente que sólo China es la llamada a hacer temblar el poder de EE.UU., y todo lo que el encarna, es algo que a mi juicio puede ser muy simplista, ya que, según varios analistas, el Siglo XXI sería necesariamente el Siglo de Asia y no de China como Ud. postula, dado que hay más de un referente y por lo mismo al igual como UE, en Asia se puede vislumbrar un acercamiento chino-indio que sería tan constructivo para los interses asiaticos como destructivos para la micro y macro economía Estadounidense.
Definitivamente el momento histórico es sumamente claro para visualizar a China como el gran referente industrial que puede socavar los cimientos de la actual macroestructura de las relaciones económicas entre los paises "occidentales" y los monoproductores de materias primas, es decir, el resto del mundo. Hoy en día dicha relación puede incluir a China, pero la India...
India esta creciendo anualmente a un 6% teniendo como principal baluarte el sosten informático radicado en Bangalore, donde más de 150 empresas multinacionales han decidido instalarse para desarrollar sus software, transformandose esta área en el Silicon Valley asiatico (Edición digital de El pais.es "India, de elefante a tigre"), sin contar con los grandes avances que se estan realizando en materia agraria como automotriz, están catapultando progresivamente a la India como una carta tan viable como China para poner en duda un sistema con polos bien definidos como los son Europa y Estados Unidos.
Pero en que radica la fuerza de estos 2 fenómenos económicos?
Tanto el Tigre indio y el Dragón chino estan explotando el bien capital más importante de sus naciones:la juventud de la población, junto con un desarrollo educacional sostenido que están imprimiendo en sus programas políticos y que de hecho en China es parte fundamental en su reorientación hacia este mundo globalizado, sin ser ambiciosa pero teniendo clara conciencia de sus características singulares, pero que sin ese desarrollo se hipotecaría lo logrado en materias macroeconómicas (Portal China.Org,Yan Xuetong "¿El siglo XXI será de China o de Estados Unidos?").
Según previsiones para el 2020, China e India serían la segunda y tercera potencia económica mundial, contando con cerca del 40% de la población mundial (2.7 mil millones de habitantes, Valenzuela, Arturo "¿El fin de la hegemonía norteamericana?") con un población económicante productiva, enfrentadose a una Europa y Japón envejecidos en sus capas más productivas, quedando sólo EE.UU. contra este par, que obviamente generaran alianzas geopoliticas y geoeconómicas y que prosperaran en pos del crecimiento unitario, pero pondran en peligro el actual establishmet, siendo buena pregunta "¿EE.UU. permitira que este crecimiento industrial e informático de China e India, alcance topes de desconcotrol que desborden finalmente su estructuras de control?, y siguiendo esta vía hipótetica ¿Será el fenómeno globalizacionista con el gérmen neoliberal que corre en sus venas, la vía de entrada de una avalancha de productos indios y chinos, y que terminen estos por colapsar la economía estadounidense?, es decir un efecto "boomerang" que implique una sumisión de los mercados occidentales a los orientales... y que pasaría si Rusia quisiese entrar en este club, aportando su "paraguas" nuclear. Sin duda es un panorama que históricamente no se había generado antes por las particularidades económicas, más que políticas, que empañan las relaciones de los Estados y que a futuro nos permitiran obsevar como un Oso, un Tigre y un Dragón sean los regentes de un nueva estructura geopolítica, pero ¿EE.UU. permitira dicha unión?....
Espero que sea un aporte.
Gabriel González Orellana