viernes, mayo 11, 2007

LA CONFIGURACION DE LAS FRONTERAS ESTATALES EUROPEAS EN 1945 Y EL TRIUNFO DE LAS ASPIRACIONES SOVIETICAS

VÍCTOR HUGO GARCÍA VALENZUELA

Los acuerdos territoriales relacionados con el transcurso y el fin de la Segunda Guerra Mundial marcan el cenit de la Unión Soviética en sus ambiciones estratégicas y los acuerdos e imposiciones unilaterales finalmente consagraron su triunfo en el reordenamiento de la geografía política de la ahora llamada Europa Oriental[1].

En la Conferencia de Arcadia (Diciembre 1942), la URSS plantea sus objetivos de guerra, influenciada por la nueva situación militar en el frente oriental tras la batalla de Stalingrado (en noviembre de 1942 los alemanes fracasan en la captura de Stalingrado, siendo derrotado su ejército): Influencia en los Estados Bálticos, influencia en Besarabia, frontera con Polonia por la línea Curzon. Un año más tarde, para la Conferencia de Teherán (Noviembre 1943), los problemas territoriales ya emergen como prioritarios en el accionar soviético y la URSS expone sus reivindicaciones (anexión de los países bálticos, correr Polonia hacia el Oeste).

La reunión en Crimea, Conferencia de Yalta, fijará las pautas del nuevo ordenamiento territorial del mundo europeo de la posguerra, ordenamiento que invariablemente se mantuvo hasta 1989. En relación con Europa, los asuntos relevantes de la Conferencia dicen relación con el status de la llamada Europa Oriental y la situación de Alemania. En el ámbito militar, los soviéticos ya ocupaban toda Polonia y los anglosajones se encontraban en el Rin. Los objetivos de los últimos hacia la URSS buscan contener "amistosamente" al bolchevismo, siendo ya Stalin más confiable para ellos.

La Unión Soviética retendría la franja polaca que había obtenido en 1939 y es rechazada la compensación, solicitada por Stalin, en el territorio oriental alemán comprendido al este de la línea que seguían los ríos Oder-Neisse. Sin embargo, la Conferencia acordó dejar la zona bajo administración polaca y aceptaba el traslado de la población alemana desde Polonia, hasta la firma del tratado de paz con Alemania, ocasión en que se discutiría la "compensación" que Polonia recibiría en territorio alemán.

La consolidación territorial de la estrategia soviética se confirma en la Conferencia de Potsdam, legitimando su expansión al occidente, en detrimento de sus futuros “satélites”. Checoslovaquia debió ceder Rutenia quedando la URSS fronteriza con Checoslovaquia y Hungría. Esta última conservaría las fronteras establecidas por el Tratado de Trianón y Rumania debe ceder al estado soviético los territorios de Besarabia y Bucovina septentrional; en fin, Bulgaria recibe la Dobrudja meridional, cedida por Rumania. En sus memorias Churchill señala que Stalin, en una comida sostenida el 18 de julio, en plena Conferencia, "... manifestó que en todos los países liberados por el Ejército Rojo la política de Rusia consistía en procurar que se formara un Estado fuerte, independiente y soberano. Estaba en contra de la sovietización de ninguno de esos países. Harían elecciones libres y todos los partidos, menos los fascistas, participarían en ellas".

La ocupación soviética del sector de la Rusia Blanca que Polonia controlaba desde fines de la Primera Guerra Mundial generó la problemática de las compensaciones territoriales para el estado polaco, ya que la URSS había ocupado la zona germana al este de la línea determinada por los ríos Oder-Neisse y el sector ahora estaba administrado por el gobierno polaco pro soviético. Precisamente, "la cuestión polaca" se estaba transformando en el principal motivo del enfriamiento en las relaciones interaliadas, siendo las causales básicas la garantía de elecciones libres y la pretensión soviética de anexar al estado polaco los territorios antes mencionados, para compensar la corrida de frontera que ellos habían realizado en la Polonia oriental. Recordemos que por Polonia Gran Bretaña y Francia habían entrado en guerra con Alemania.

Respecto de la problemática territorial alemana, en la Conferencia de Arcadia se plantea, y en principio se acepta, la idea de compensación para el estado polaco con territorios alemanes orientales: Prusia Oriental, Pomerania y Silesia; además, se acuerda el principio del desmembramiento alemán. Por los acuerdos de Yalta, Alemania, que debía rendirse incondicionalmente, sería dividida en zonas de ocupación entre Gran Bretaña, Estados Unidos y la URSS; si Francia se incorporaba posteriormente al acuerdo, se le asignaría una zona del sector británico-norteamericano. Con posterioridad sería fragmentada en varios estados.

Por la Conferencia de Potsdam se plantea la disolución territorial y la disolución de la unidad administrativa del territorio prusiano. En el plano territorial lo primero es la desintegración de Prusia, "bastión del espíritu reaccionario, del nacionalismo y del militarismo germano"; el sector norte, con Königsberg, sería para la URSS (actual Kaliningrado) y el resto, anexado al estado polaco. Se estudiaría el destino jurídico final para Silesia, Renania, Sarre, Hannover y Schleswig-Holstein. Con ello se pretende destruir la base material, la gran propiedad rural, de los junker y la nobleza militar, verdaderos pilares del prusianismo conservador.

No se establece un gobierno central para Alemania, creándose solamente un "Comisión Aliada de Control para Alemania" , integrada por los cuatro comandantes en jefe de las potencias vencedoras más sus respectivos asesores políticos y debían crearse, bajo su tuición, organismos administrativos centrales para finanzas, transportes, tráfico y aduanas. Los mencionados organismos no se llegaron a implementar y la unidad de administración aliada tampoco se consiguió, básicamente por las posiciones sustentadas por la URSS y Francia. La Unión Soviética prioriza la seguridad militar y busca la imposición de reparaciones de guerra, mientras que Francia impugna los acuerdos de Potsdam. En adelante la situación alemana se transformó en el principal motivo de tensión europea entre la URSS y los liados anglosajones.



[1].- En el transcurso del año 1944 cambia radicalmente el desarrollo militar de la guerra al iniciarse el avance soviético en la zona de los Balcanes (abril), con la apertura del segundo frente (junio) y el avance soviético sobre Polonia (julio). En este contexto se produce una negociación secreta entre Churchill y Stalin, propuesta por el primero en Moscú (octubre) y en virtud del cual se negocia un reparto de zonas de influencia en Europa Central y Europa Balcánica, de relevante importancia para comprender la situación de las áreas mencionadas en la época de posguerra. El acuerdo consideraba el siguiente reparto de áreas de influencia: Rumania, 90% URSS; Bulgaria, 75% URSS; Grecia, 90% Gran Bretaña (de acuerdo con Estados Unidos); Yugoslavia y Hungría, partes iguales. Este acuerdo se debe complementar con la idea de dividir Alemania y Austria, más las situaciones de hecho en Polonia y Checoslovaquia (ocupación soviética).

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