Tras la desintegranción de la URSS, EEUU quedó como la única superpotencia mundial y en una posición en la que sólo el "imperio" Británico aparece como el símil más adecuado en relación al poderío ostentado. Sin embargo, EEUU no salió indemne en su pugna con la URSS y los problemas económicos y sociales por los que hoy atraviesa se deben en gran parte al precio que debió pagar para lograr imponerse al coloso soviético. En el ámbito económico resaltan como las principales debilidades los déficit de presupuesto y comercial.
El antecedente inmediato como para lograr comprender la realidad actual de EEUU lo constituye la administración del Presidente Ronald Reagan, quien, en sus dos períodos (1981-1984; 1985-1988 ), marcó la realidad actual de la posición internacional y de la situación económica interna e internacional de la superpotencia del norte. Reagan es quien finalmente logró quebrar la resistencia de la URSS pero también, en el intento, generó un enorme déficit presupuestario y comercial.
En materia de presupuesto Reagan recibe una situación deficitaria, aunque plenamente manejable, de las administraciones Ford y Carter (1973-1980) las que en promedio presentaron un déficit presupuestario de 60.000 millones de U$ al año. En el ámbito comercial la situación es distinta, ya que la balanza comercial presentaba excedentes en 1981. Pero, desde esa fecha en adelante las cuentas deficitarias han sido constantes y su resultado final es la existencia de un EEUU con abultada deuda externa, siendo ella en 1994 de 4,4 billones de dólares, obligándole al pago anual de 200.000 millones de U$, (Chile exportó, el año 1997, productos por un total de 16.000 millones de dólares). Para 1998, Estados Unidos registraba el mayor déficit comercial de su historia (un 53% superior al del año 1997), marcado por la crisis de los mercados asiáticos, de Rusia y Brasil; la característica más relevante del déficit es que por primera vez en trece años cayeron la exportaciones (-0,7%), especialmente las industriales y las agrícolas. El total de las exportaciones estadounidenses en 1998 sumaba la cantidad de 931.300 millones de dólares
Importante incidencia en la explicación del déficit comercial norteamericano lo tenia el intercambio con la región asiática, especialmente con Japón y China, realidad que en el año 1993 arrojaba un superavit de 60.400 millones de dólares para los primeros ( 45,5% del déficit total ). Es este contexto el que finalmente determinó que el electorado priorizara la política interna, especialmente la realidad económica, y determinara la derrota del Presidente Bush en 1992. La elección de Clinton tenía en este sentido un claro mandato, priorizar los asuntos de política interna por sobre los de política internacional y en esta última, privilegiar las variables que permitiesen mejorar la posición económica de EEUU.
Desde los inicios de su gestión gubernativa (1993 ) Bill Clinton orientó sus decisiones hacia la recuperación de la economía, el mejoramiento del sistema de salud y de prestaciones sociales en general. Para lograr la reducción de los déficit y liberar recursos para las políticas sociales aparecía como prioritaria la reducción del presupuesto de defensa, dirección en la que apuntaron las decisiones del mandatario.
Las fuerzas militares también sufren disminuciones pasando de 2.100.00 hombres, como fuerzas activas durante la Guerra Fría, hacia una cantidad de 1.700.000 hombres en febrero de 1994, siendo su distribuición la siguiente: Ejército, 566.318 (33,3%); Marina, 491.092 (28,8%); Fuerza Aérea, 435.681 (25,6%); Infantería de Marina, 175.838 (10,3%). Los planes de Clinton son de llegar a una fuerza activa de 1.400.000 hombres.
El plan de defensa post Guerra Fría consignaba también la disminución en la fabricación de barcos y aviones de guerra. Sin embargo, se buscaba mantener una amplia base industrial militar, protegiéndose la industria de defensa y usando la tecnología de defensa para desarrollar productos comerciales y así poder competir con las industrias extranjeras. En materia de ensayos nucleares, tendientes al perfeccionamiento de armas, Bill Clinton decretó la suspensión de los mismos en julio de 1993, prorrogando la decisión en marzo de 1994 (la moratoria se extendía hasta septiembre de 1995).
Con todo ello, la presidencia de Clinton intentaba ahorrar 88.000 millones de dólares en gastos militares durante los cuatro años de gobierno.
En el programa de ayuda exterior se reorientaron y se disminuyeron los recursos asignados, pasando de 27.700 millones de dólares en 1993 a 13.400 en 1994. El fin de la Guerra Fría, la desaparición de la URSS y la necesaria reducción de los gastos influyeron en los recortes presupuestarios.
Evidentemente, EEUU no buscaba perjudicar su posición de principal potencia mundial y los planes de defensa así lo establecen. En agosto de 1993 explotaba el cohete Titán que transportaba tres satélites espías de control marítimo los que serían utilizados por la Marina para rastrear los buques extranjeros y escuchar sus comunicaciones. En materia de armamentos el Presidente Clinton mantuvo el desarrollo de la construcción del caza furtivo F-22, del bombardero B-2 (para transportar misiles y bombas inteligentes de gran precisión), del supertransporte C-17 (necesario para el traslado masivo de tropas a cualquier parte del mundo), del avión V-22 "Osprey" (despega como un helicóptero y vuela como un avión normal), para transportar infantes de marina, la construcción de un tercer submarino atómico de ataque (Seawolf) y el financiamiento que permitiera perfeccionar el sistema de rayos láser que consignaba el programa de Guerra de las Galaxias.
Lo anterior significaba gastos y a modo de ejemplos podemos señalar que el programa original pretendìa la construcción de 648 F-22 (para reemplazar a los F-15), con un costo total de 75.000 millones de U$, y la construcción de 120 C-17, con valor total de 39.000 millones de dólares. Al resultar electo Clinton había señalado en diciembre de 1992: "Hemos ganado la Guerra Fría. Ahora tenemos la oportunidad de construir una nueva paz.... el peor error que cualquier adversario pueda cometer sería dudar de la firmeza de Estados Unidos durante esta transición".